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Mostrando las entradas de 2020

Soft rock

Ceden los párpados al telón, celofán que borra todo rastro de cara en su espiral de lenguas norteadas por el fuego. El humo ríe como los pies que se buscan en un bosque, fósiles de hojas, arrancadas como prendas rotas que cubren las siete sábanas del cielo.

Ajolotitos negros

¿La soledad? Un juguete,                          papalote vagabundo; cisne de papel humedecido por un ramo de temblorosas tristezas que retum-                          que-tumban sobre los habitantes del espejo, insaciable par de ajolotitos negros; rebelde ahogado en los lívidos pétalos de alguna lengua áspera, carcelera de los gritos                                              y el parpadear azucarado de una palabra                                                                                 derretida en la jungla de mis garras.

Raudal

Te aspiro en la espera interminable del hilo tendido frente a mí, inánida presencia, triángulos perdidos, ruido ingobernable que cabalga hacia mis furias sedientas,  mientras los abalorios de arena se entierran en tu boca. 

Invierno al agua

Guarida rasguñada por dinosaurios atrapados en paredes;                                                                                                                   fieles soldados del silencio,  comparten la dulzura de un río afilado,  de un silbido que rebana las nubes,  las arrastra a las orillas que ahuyentan toda piedra.   Y así v a cayendo el gis                                               del grávido frío,                                                                                                                                                      del que te abrazo hasta que abandone tus huesos.                                                                                                                                                                             

Victoria

Nombres empapados de nombres deshilvanan la piel donde atardecen los colores. Pronunciados, parten en balsas, difuminadas por tarareos de la brisa que despoja al olvido de sus reinos.  Hasta que sin piedad despiertan las montañas. Y ruge la punta del volcán que ha vencido a la nieve.

Found lost

Surrounded by your doubts,                                              surrendered at your feet while lying in your feardom. Beneath your naked crown of beatings that sweep river's ghosts,                              silent dust of crying leaves, shell of angels' feather                                       (pieces of heaven)                                                                     and gray bubbles,                                                                                                                                                                                                broken in your gaze                                                                                                 of fire and thunder.

Adoración

Ser la nota que sostienes sobre la tecla de ese piano junto a la ventana, válvula de cielos. Tu pentagrama, cuadro expresionista de café, tinta negra y ecos soviéticos, historia recitada por Prokofiev: Julieta y Julieta.

Caleza

En El Desierto de Las Bocas, nadaron los peces, ajolotes negros,  hacia mis faroles distraídos, velas tristes que escriben noches y poemas de papel sobre horas que vuelan por calles y pasillos perdidos de Izamal, orilla de espuma, túnel de arena.

KITRI

Secreto, odisea efímera; telones, vientos de molino escurridizo, entierra el calor en tus palmas ibéricas hasta que, en un puente de palabras deshechas, temblemos como estrellas sobre el mar.

Indiferencia, esa cosa bella

Reconozco tu andar, sin mirar. Escucho tus pasos sordos pero no me tocan ni tus vientos de celofán. Tu eco se fue en el tiempo, en algún charco de ciudad. Pierdo el tren de los murmullos, pétalos de campana. Supongo que estarán en el cementerio de los colores.

Algo sobre mi último ajedrez

A veces extraño mi último ajedrez, que no era la gran cosa. Era de esos chiquitos con piezas de imán, ideales para viajar. No lo extraño por las partidas jugadas ni por los oponentes que he tenido. Tampoco por el anhelo perdido de futuros mates. Lo extraño porque me lo regaló mi papá antes regresar a Buenos Aires, ahora para vivir. Porque pensó en mí, en que no era preciso sólo un ajedrez sino uno como ese, porque así podría llevarlo de aquí para allá sin miedo a perder piezas y sin preocuparme (mucho) por estropearlo. Pensó en que necesitaba eso para ese momento, en el que es más fácil perder u olvidar cosas. aunque para eso son las cosas. Más que declarar mi tablero perdido, me deshice de él. Recuperarlo implicaba un peligro u ocuparme de buscar mediadorxs y no quería delegarle a nadie mis miedos ni mi tardanza. Bah, mi responsabilidad por haber tomado malas decisiones. No necesitaba mi tablero, no es como que sus piezas fueran comestibles o pudiera llevarlas a una casa de ca

Minotauro filosófico

Esfinge rendida ante el oráculo, enigma de cuernos y sueños. Frío y encerrado, un miedo distante. Discreto, labra su sable. Parte el silencio de nubes de niebla azulada. Ocultas del cielo, entre las piedras, las aceitunas susurran. Recogidas por tu iris sin columna suenan historias de ramas, viajeros y fantasmas. Y te miro... Entonces te vuelves paisaje y desapareces en un suelo sonrojado.

Laguna on merlot

Arrástrame.  Hazme sábana.  Trénzame los gritos. Miel sobre aullidos.  G emidos de rasguño y pieles evaporadas en una noche sin agujas, de gotas oscuras, fuentes de vainilla y galopes en montaña. Robo el aire del suelo perdido. Me ahogo en la curva de mi espalda, en la tuya, tus nalgas o dedos, fiesta sobre las cuerdas, lenguas.

Beast feast

I Boca, cueva de fuego.  O xigenada en anhelo, despierta una estatua de hierro, la bestia : i nsomnio. Sin agua ni vino ni nada que derrote las llamas que azotan la selva, ensombrecida por sombras hechas de sombra .

Tótem no eres tú

De putrefacta sombra, se hundía -en el pantano de espinas oxidadas y pastizales enmohecidos- una catedral de turbulento paisaje: el monstruo rioplatense. Temerosa, su insoportable lengua era alacrán de cien tenazas que hacía del aire mi espalda, quebrada por azotes de risa y trueno. En medio de su reino, infierno, llovía y lloraba sudor con lágrimas que clamaban "¡Diluvio!" Toda gota, víspera de nuevas llamas con las que me tejería otro vestido para el sacrificio del día, cuando mi irreverente parpadear despertarase sus perras fantasías, que me ahogarían con la noche en aullidos de comillo. 

Rezo a Santa Cuarentena

Por mi priviliegio,  por mi privilegio, por mi gran privilegio [con golpes sobre el pecho y ojos bien cerrados], por eso ruego a Santa Cuarentena, siempre del Rosario... Imploro a la Suprema Constelación de los Dolores, de misterios encarnados en las dádivas de la irracionalidad, arráncame estos insomnios de papel que me acartonan en el palacio de las penumbras.  Santa madre de los llantos,  protectora de las águilas, los nopales y las trajineras,  guardiana del esqueleto de las almas y las ánimas en los mercados de la tristeza. Oh, protectora de las lumbres que esperan a sus muertes... Apiádate de mi neurosis y consuela mis constradicciones.  Hágase tu voluntad y líbrame de todo monstruo patriarcal.  MIZO

Al caer

Imágenes sin noche y cuentos perdidos se escuchan correr por el patio. La trémula distancia abriga mi corazón de nuez, refugiado del reino de marfil con alfiles pulidos en mármol. Carabelas hechas con ráfagas de sol, secuestran hojas, rayos y cristales, sin testigo del reflejo deslizado por el tímpano del sueño.

Nostalgia sobre isla

26 de agosto de 2019 Ese pueblo, casa del manglar y una fábrica de aburrimientos A donde sea que mire, hay un atardecer; pero sólo aquí está la bahía, con los secretos enredados entre sus manglares. Y esa resbaladilla que desemboca en la nostalgia de un agua en la que nunca te bañaste, gris y transparente; como las cosas que nunca hiciste, pero deseaste. Caleidoscopio, la luz de las velitas de cada año. Llovían dulces sobre todos, mientras rían y gritaban, ojos y manos abiertas que aún no sabían de propiedad privada. 2 Todo pasa tan lento una vez que termina, pero es muy rápido. La velocidad, gran ficción. Esas casas abandonadas y destartaladas, con la marca de todos los huracanes, allí bebíamos el tequila que nos vendían; las cruces que rompimos y con las que nos masturbamos, para después correr y caer agotadas, de rodillas, frente a un hombre que encubrió a otro hombre, que creyó en otro hombre, que escondió a otro hombre que gustaba de niños y les tomaba

Lasobras

¿Qué es un plato de comida vacío si no la nada misma, desnuda, cruda y visceral? Revelada y rebelde ante todo imperativo de metáfora, tan sólo un disfraz para olvidar, anestesiar, la miseria, que no es la muerte sino un cuerpo, carne cruda desintegrándose. Apesta tanto, casi tanto como la normalidad.

Los poemas gemelos

Estrellas 14 de abril de 2020 Posadas sobre mi noche, estrellas anarquistas tejen un manto con secretos y lágrimas de miel; peregrinas sobre puentes fantasma, niebla de voces y miradas evaporadas en suspiros de bocas, hechas de besos, diluidos entre balcones conglomerados de vacío, pordiosero de la muerte. Estrellas, pasajeras de la historia, sus  evangelios y pergaminos, de cielos, cuentos y promesas; de sueños, robados y torturados; de esperas, anhelos azules. Estrellas, angustias desechas en un pozo sin agua. Brillo 16 de abril de 2020 Estrellas anarquistas, posadas sobre mi noche, tejen un manto con mechones de secreto y lágrimas de miel. Con paso peregrino bailan sobre los puentes fantasma; voces de niebla y miradas evaporadas. Van de boca en boca, hechas de besos diluidos entre balcones conglomerados de vacío. Transeúntes por desesperaciones ahogadas en pedazos de muerte y furia gris. Pasajeras en el vuelo de la historia y trovadoras de angustias que

Lourdes (1959)

"Tan frágil como la dulzura de las campanas. De todo lo que se me podía romper ¿por qué eso?  No es por el café, no es por lo que podría ser. Sólo es.  Nada. Ninguna explicación explica lo que es. Lo que pasó.  ¿Por qué?" El día de cristal o 9 de abril de 2020 Quisiera tomarte una foto para siempre; guardarla entre mis brazos y esconder tu voz en un collar de perlas,  mientras suena el piano que tocabas cuando buqui. Quisiera asustar tus miedos, cazar tus monstruos y liberarte de la noche, para que sueñes sin fantasmas. Quisiera protegerte de la lluvia, del tiempo, del llanto, la muerte y sus olvidos... Quisiera hacerte un castillo de azúcar, encontrar tu pulsera de oro, invitarte tu nieve preferida, jugar contigo con Cri-cri al fondo y verte correr con tus vestiditos de tul. Quisiera regalarte todas las flores y mirar cómo las cuidas; escuchar tus cuentos sobre cómo crecen los colores del jardín y que el viento toque los caraco

La semana de cristal

A ella, la más dulce del Meso I Empezó mientras lavaba los platos y explotó con los añicos de una cafetera. Tierra seca desperdigada por el suelo, cualquiera, que daba al pulmón de mi memoria. Allí, sobre los restos, hice de la cocina un confesionario de mi triste y patético esqueleto. II Fue un regalo que me hiciste en Coatepec. Era ese paseo por sus callejuelas. Era diciembre. Fue un largo diciembre. Y ese día fue el más largo de todos los diciembres.  Yo, hecha braza, arremetía contra cada día de diciembre. Enjaulada en mis ideas y prendida de pantallas que rasguñaban mis pieles, la niebla se llevaba mis pasos sin mirarte, escucharte, nada. Niebla. Me volví chiltepín, una detective que sospechaba del humo, pero cuando desperté ya estábamos en el aeropuerto y tu cara... Ya no era la del cuadro colgado en la sala. Tu acuario de sal te humedeció la mirada; enterneció tus rosales, casi tanto como las canciones que me hiciste y, en tarareos

Mecer la noche

Truena lindo; truenito cuerda blanca que, en su tronar, huele al oro viejo, verde esclavitud de fortunas robadas de manos, mayas. Los cuentos de Abreu contados por papá; Canek, Sac Nicté, el enamorado que cayó por el puente de telaraña y los finales sangrientos cambiados por luz tenue. Emprendido el vuelo, caigo en la infancia crochét, eterno atrapasueños; capullito de aretes prendidos y mejillas de red. Mañana será otra noche, de mismos rezos y viajes a islas a las que, sin mapa, he de volver.

A mí, de sombras

¿Me vienen a hablar de sombras, a mí? ¿A mí, la que desaparece cuando los telones del cielo se tocan, juegan, se montan, muerden y derrocan? ¿A mí? ¡Si soy la inaudible! Atrofiada por poemas barrocos, cabalgatas invisibles y funestas batallas gregorianas. ¿Que me suicide? Si tanto ya me mataron las metralletas de los hombres, el temblor de sus dientes y sus serenetas chillonas, como sombreros avergonzados de su canto o corazones agrietados por palabras, que nada son si no labios trémulos? ¿A mí, que me ha ensordecido el runrun de las pistolas de los autocoronados revolucionarios, masturbantes en lenguas espinosas, con miradas posadas, cual ráfagas de sol, sobre los agujeros de la discreta decadencia de palacios pornográficos? ¿A mí, que convierto toda esquina en una tierra para amar? ¿A mí, de sombras, que las asusto como los espantapárajos de antaño o tumbas de camposanto a quien no juega al ajedrez? ¿A mí, crucificada con cuentas abandonadas por el desier

Poelike

Mientras hierve el agua aúllan libros abandonados; pero los ojos no los soportan y en los lagos anarquistas, gotas desparramadas, se diluye toda letra. [Like] Esa yerba deslavada me mira, como tu lengua; ya tan muerta pero dispuesta a resucitar (no, por favor): machiruladas con pizcas de deconstrucción, tantitas “e” y un toque de… Mhm, un toque de… [Likes] Teclas y pantallas ROOOOOOOOTAAAAAAS, caras en delay y voces congeladas en el día  uno.   [Like] Cinco metros cuadrados y diez milímetros de luz. Aplausos y ladridos en balcones, camuflados con mi risa que llora, angustia, desespera… Algo de tinta queda, dolor sobra. Batería: 18%. [Like] ¿Quién fuera tuitstar? Aunque el eco de los corazones debe estrellarse con los añicos del vacío. O no. Abro hilo [Like] ¿Qué día es hoy? [Like]