¿La soledad?
Un juguete,
papalote vagabundo;
cisne de papel humedecido por un ramo de temblorosas tristezas
que retum-
que-tumban
sobre los habitantes del espejo,
insaciable par de ajolotitos negros;
rebelde ahogado en los lívidos pétalos de alguna lengua áspera,
carcelera de los gritos
y el parpadear azucarado de una palabra
derretida en la jungla de mis garras.
En El Desierto de Las Bocas, nadaron los peces, ajolotes negros, hacia mis faroles distraídos, velas tristes que escriben noches y poemas de papel sobre horas que vuelan por calles y pasillos perdidos de Izamal, orilla de espuma, túnel de arena.
Estoy impresionado.
ResponderBorrar