Madrid
Juan de Arellano guardó las flores de sus días en óleos.
Luego las encuadraron y las llevaron a El Prado.
He tratado de imitarlo con la asistencia de hojas y cintas,
pero aún no tengo flores.
De mi breve colección,
hecha de sorpresas y tropiezos,
me llevo un poco del otoño que destiñe a las hojas
y desnuda a las ramas.
También me llevo otro poco del invierno que no llega,
pero que, aunque desespere, aguarda.
Juan de Arellano guardó las flores de sus días en óleos.
Luego las encuadraron y las llevaron a El Prado.
He tratado de imitarlo con la asistencia de hojas y cintas,
pero aún no tengo flores.
De mi breve colección,
hecha de sorpresas y tropiezos,
me llevo un poco del otoño que destiñe a las hojas
y desnuda a las ramas.
También me llevo otro poco del invierno que no llega,
pero que, aunque desespere, aguarda.
10:40 p.m.
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