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Mostrando las entradas de agosto, 2016

Primera lluvia en Buenos Aires

Llueve sobre Buenos Aires. Escapo por las ventanas de una ciudad pintada por mi mirada, de ojos efímeros, supervivientes y viajeros en los instantes. Estas calles ya han sido caminadas y estas luces, testigo de los pasos. Entonces, llueve sobre Buenos Aires. Allá van las gotas; en caída libre, de paracaídas y miedos. No hay paraguas que sea suelo o las rompa en cinco. [Algo así tenía que ser la independencia] Juego a la rayuela sobre un cielo gris. ¿A dónde se fueron las piedras? Llueve sobre Buenos Aires. Coordenada el sur, al interior de una casa que me supera en colecciones: generaciones de vida. Todo se ha evaporado. 

Farolitos y faritos

[Desde alguna ventana del corazón] Espera... No, ya no aguardo. [Verano 2016] Las cortinas se tiñen y el despertador tiembla. Llegan  whats y recibo correos. Ya no rezo por las mañanas; ahora consumo café y no [Chetumal] Saludo a la cocina que me mima; me recuerda a mi abuela haciendo tortillas de harina, a mi mamá preparando un ceviche; y las reuniones familiares, de las elegidas. Vecina de Xul-ha, 20 minutos. Vecina de Bacalar, 30 minutos. Vecina de Mahahual, 1 hora. Azules y Caribe. Sales y pieles, morenas con sabor a sol. [Yo robé el reloj de Bernardo] Yo, sí. Yo, fui yo. Sí, yo. Sí, fui yo. Lo escondí en mi espalda y me aventé, a mero mar abierto. He detenido el tiempo y sido parte de esa pausa, mínima y eterna. Ser oxígeno ¡Oh.. Sí, ser! Ser, mi amor, ser... Oxígeno, ser.  https://www.youtube.com/watch?v=N42c51czrOM&list=PLNRUA3RGKb5XdB1piFZqmXkx1orxjcwLK burbujita

Crudeza cascaruda

[Higiene] Me limpio la cara. Recolecto polvos grises, estancados en mi cara; esa del espejo y la que miro. [Metro] Nado entre los peces moribundos, nos vamos en la red metálica y hasta donde sea que nos arroje el monstruo. De aquí para allá. Sin parpadear; con ampollas y pantorillas delineadas. Un pulque en mente y besos pendientes. [ Semper Altius ] Las medallas y la vida. Palomeo mis planes; me tatuo estrellitas. Coloco mi lista imaginaria en una vitrina. Una más a mi collage de selfies, cristalizaciones de que estoy encardumendata hacia el éxito. [Somos parpadeos] Luego luego, veo los cráneos del Museo de Antropología y me asusta el existencialismo; me asusta la muerte, el vacío y la nada. Me agobia la responsabilidad de crear mundos de la vida y asumirme como parte de un momento irrepetible entre los daguerrotipos de la Vía Láctea. Luego luego, sólo quiero suicidarme. Lanzarme por las escaleras, planear un terremoto y envenenarme de dolores. Aq

Universitaria en Coyoacán

Juego de sombras; palacio de bongs ; risas y monchis... Los pliegues de la cortina; semblanza de una millennial ... Veo a La Plata en el espejo; la cruzaré en mi peregrinar hacia Montevideo. Camino sobre el agua y careceré de testamento; lo aprendí en la Cineteca . Resignifico canciones en el vaivén de significantes,  ciudades de sentido.  Tranqui, tronco... Deja las correas, que estas caderas son libres de ser; han roto y quemado las cadenas, los muros de hierro y los candados de marfil. ¿Mis amigas? Fundiéndose con el mundo, sin señal, enamorándose (más) y con trabajo(s). Lejanas y perdidas, entre la lumbre de los abismos neoliberales y el placer de no-recordar- me . No hay paloma mensajera que las encuentre; ni me gustan las aves. [Las niñas perdidas] Me fumo la teoría antropológica; la quemo bieeen rico... ¿Y la Praxis?  "Ah, no sabía que había convocatoria para el club de los binomios" Llegaré con estas botas hasta la  Patagonia