nosOTRs
que ninguno de mis dedos entre en cualquiera de las fosas que giran la ruleta,
en la que estoy y corro,
en la que estoy y sueno,
en la que estoy y espero;
no tengo expectativas en torno a las voces del otro lado.
De cualquier forma, la paciencia nunca fue lo mío.
¿Rostros?
Cada quien sostiene sus cascos de espejo: dodecaedros.
Los aplausos han poblado los salones rotos,
me persiguen,
me hacen esquina,
me parten en doce migajas: rincones,
me persiguen...
me parten en doce migajas: rincones,
me persiguen...
Y me atrapan
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