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Mostrando las entradas de mayo, 2020

Indiferencia, esa cosa bella

Reconozco tu andar, sin mirar. Escucho tus pasos sordos pero no me tocan ni tus vientos de celofán. Tu eco se fue en el tiempo, en algún charco de ciudad. Pierdo el tren de los murmullos, pétalos de campana. Supongo que estarán en el cementerio de los colores.

Algo sobre mi último ajedrez

A veces extraño mi último ajedrez, que no era la gran cosa. Era de esos chiquitos con piezas de imán, ideales para viajar. No lo extraño por las partidas jugadas ni por los oponentes que he tenido. Tampoco por el anhelo perdido de futuros mates. Lo extraño porque me lo regaló mi papá antes regresar a Buenos Aires, ahora para vivir. Porque pensó en mí, en que no era preciso sólo un ajedrez sino uno como ese, porque así podría llevarlo de aquí para allá sin miedo a perder piezas y sin preocuparme (mucho) por estropearlo. Pensó en que necesitaba eso para ese momento, en el que es más fácil perder u olvidar cosas. aunque para eso son las cosas. Más que declarar mi tablero perdido, me deshice de él. Recuperarlo implicaba un peligro u ocuparme de buscar mediadorxs y no quería delegarle a nadie mis miedos ni mi tardanza. Bah, mi responsabilidad por haber tomado malas decisiones. No necesitaba mi tablero, no es como que sus piezas fueran comestibles o pudiera llevarlas a una casa de ca

Minotauro filosófico

Esfinge rendida ante el oráculo, enigma de cuernos y sueños. Frío y encerrado, un miedo distante. Discreto, labra su sable. Parte el silencio de nubes de niebla azulada. Ocultas del cielo, entre las piedras, las aceitunas susurran. Recogidas por tu iris sin columna suenan historias de ramas, viajeros y fantasmas. Y te miro... Entonces te vuelves paisaje y desapareces en un suelo sonrojado.