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Hojas arrancadas: mayo


I.                    Burbuja
1
Esquivar las flores.
Arrollar a los mosquitos del jardín.

Palpitar como un pétalo olvidadizo,
sacudido por el viento de una boca que sopla, que sopla, sopla, sopla...
Suave, suave sopla, como si fuera un beso o un secreto.

Esquivar las flores.
Arrollar a los mosquitos del jardín.


2
Anatomía de ruleta acuífera,
en búsqueda de escondites de espinas y agujas.

3
Se acabó.
Bastó con la complicidad de un par de dedos y el pico de un pájaro temerario.

Esquivar las flores.
Arrollar a los mosquitos del jardín.




II.                  Pianofello
Hay voces que son como dedos,
voladores y bailarines.
Dedos sobre un piano,
piano sobre dedos.

Miré al corazón mientras sostenía el cielo;
con una mirada cansada,
por los castigos del sol tropical;
con una mirada difuminada,
por las lágrimas arrinconadas.

Me voy,
me voy pero mientras dura el tango de los dedos,
de tecla en tecla,
estoy.

Estoy,
de tecla en tecla.

Estoy bailando con la boca sobre los dedos,
voladores y bailarines…

La noche no terminará hasta lamer las voces.


III.                No quiero
Preguntar lo preguntado;
Interrogantes heredadas.

Pérfido catolicismo, enterrado en las profundidades.

Columpios hacia el abismo,
de falos y mandíbulas abiertas.

Mascaradas del terror: ciencia y patriarcado.

Tatuajes en las venas,
sangre sobre los poros.

Cuentos para dormir,
píldoras de pesadillas.


IV.                Quererse: beberse
Abrió los ojos,
abrazó su vientre,
sintió su ombligo,
se bebió…

Encendió las velas,
miró su espejo,
sintió sus senos,
se bebió…

Silbó canciones,
deslizó las manos,
sintió su bosque,
se bebió…

Jugó los mechones,
sostuvo las gotas,
sintió el orgasmo,
se bebió…





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