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Mostrando las entradas de marzo, 2016

La libertad de la luciérnaga

Uno. Añicos Te extirpo, veneno. A ti que carcomiste mis costillas y bebiste agua de mis fuentes, te extirpo. Tengo un jardín de estatuas. Allí te hallabas, sustancia congelada. Te quebré con el martillo... ¡Fiesta de añicos! ¡Qué llueva! ¡Qué llueva! ¡Qué llueva! Dos. El after Me encontré triste, sola y con un paraguas roto, una mano ensangrentada y una risa lúgubre. Vomité petróleo, Espesura y aliento alcohólico, como tu boca podrida. Tres. Memoria Imágenes balanceándose entre los árboles, recuerdos viajeros y yo, atrapándolos, con redes. Aquí, a esos gusanos voladores, he de guardarlos en frascos. Jugaron a disfrazarse de mariposas; pero, con sus múltiples mandíbulas, encarcelaron las olas y partieron mis alas de velo. Cuatro. Luciérnaga Camino sobre el muelle. La orilla es el agua que cubre mis talones. Entonces las veo, sirenas morenas y negras; trenzaré sus cabellos, seré los cascabeles de sus aletas. La luciérnaga se posará sobre el faro y bai

Parece poco

Viento,  mueve las pestañas y los pétalos. Alzamos los brazos y brincamos en coro: ¡somos un barrio hermanado!  Parece poco. Discutí tanto con la teoría, discutí tanto con la praxis; es gracioso que sean igual de efímeras, igual de tangibles. Parece poco. Espero, espero en la expectativa,  espero en las posibilidades.  Desespero,  desespero en la expectativa, desespero en las posibilidades.  Parece poco Sueño haciendo, hago soñando.  Algunas se acercan y otras se alejan porque... "Éramos distintas" Parece poco Nada basta. Toda palabra re-configura las dominaciones, toda dominación re-configura las acciones. ¿Entonces, cómo? Parece poco